Cómo se escribe lloviendo o lluviendo: guía clave y correcta

La lengua española es rica y compleja, y uno de los aspectos más fascinantes es cómo se forman y utilizan las palabras en diferentes contextos gramaticales. Uno de los temas que a menudo causa confusión es la correcta escritura del gerundio del verbo "llover". En este sentido, la pregunta "¿Se escribe lloviendo o lluviendo?" es común entre estudiantes de español y hablantes nativos. La confusión proviene, en gran medida, de la variabilidad en la ortografía de las palabras con raíces similares. En este artículo, nos centraremos en desglosar este tema y proporcionar una explicación clara y exhaustiva.
Este artículo está estructurado de manera para ayudarte a entender la formación del gerundio, la diferencia entre "lloviendo" y "lluviendo", y cómo la normativa de la Real Academia Española (RAE) respalda la forma correcta. A través de las secciones que siguen, responderemos no solo a la pregunta inicial, sino también a las inquietudes relacionadas con los gerundios, las reglas de conjugación del verbo llover y la comparación con el sustantivo lluvia.
Definición del gerundio

El gerundio es una forma verbal que se utiliza para expresar acciones en curso o simultáneas. En español, esta forma se caracteriza por el uso de terminaciones específicas que dependen de la conjugación del verbo. Por ejemplo, los verbos de la primera conjugación (-ar) forman su gerundio con la terminación -ando; los de la segunda (-er) y tercera (-ir) conjugación lo hacen con -iendo. En el caso del verbo llover, su gerundio es "lloviendo". Esta forma verbal permite que se exprese una acción de manera continua, como en la oración: “Está lloviendo”.
Como en muchos idiomas, el gerundio se utiliza en una variedad de contextos, lo que añade al interés sobre su definición y uso. A menudo, aparece en frases compuestas donde la acción se ejecuta al mismo tiempo que otra. Por ejemplo: “Salí de casa lloviendo, así que me mojé”. Aquí, “lloviendo” indica que la acción de llover ocurre simultáneamente con la acción de salir de casa.
Una de las características más intrigantes del gerundio es su capacidad para transformar el verbo de una acción puntual a una acción en desarrollo. Esto es especialmente útil en el relato y la narrativa, donde se puede crear un sentido de continuidad. Por lo tanto, entender el uso del gerundio es esencial para una comunicación clara y efectiva.
Reglas de formación del gerundio
Las reglas para la formación del gerundio son relativamente sencillas y se pueden dividir en tres categorías principales, dependiendo del tipo de verbo. Como se mencionó anteriormente, los gerundios se forman a través de la adición de terminaciones -ando para los verbos de la primera conjugación (verbos que terminan en -ar) y -iendo para aquellos de la segunda y tercera conjugación (verbos que terminan en -er e -ir, respectivamente).
1. Primera conjugación (-ar)
Para los verbos que terminan en -ar, la formación del gerundio consiste en quitar la terminación -ar del verbo y añadir -ando. Por ejemplo:
- Hablar -> Hablando
- Amar -> Amando
2. Segunda conjugación (-er)
Para los verbos que terminan en -er, el proceso es similar: se retira la terminación -er y se añade -iendo. Ejemplos:
- Comer -> Comiendo
- Beber -> Bebiendo
3. Tercera conjugación (-ir)
En cuanto a los verbos que terminan en -ir, el gerundio también se forma eliminando -ir y añadiendo -iendo. Ejemplos en esta categoría son:
- Vivir -> Viviendo
- Escribir -> Escribiendo
Sin embargo, hay excepciones y particularidades que vale la pena mencionar. Por ejemplo, los verbos irregulares pueden tener formas de gerundio que no siguen el patrón común. Un ejemplo es el verbo “ir”, cuyo gerundio es “yendo” en lugar de usar la forma esperada “irando”.
La formación del gerundio, aunque sencilla en términos generales, muestra la diversidad y las características fantásticas de la gramática española. Es fundamental conocer estas reglas para usar correctamente el gerundio en el habla y la escritura.
Análisis del verbo llover

El verbo "llover" es un verbo irregular de la segunda conjugación, ya que, a pesar de que termina en -er, su uso y formas pueden ser un poco peculiares. "Llover" se conjuga principalmente en formas impersonales; es decir, no se utiliza de la misma manera que los demás verbos que se conjugan para una primera, segunda o tercera persona del singular o plural. Esta particularidad es esencial para comprender su gerundio: lloviendo.
La conjugación del verbo “llover” puede ser un poco confusa, especialmente para aquellos que están aprendiendo el idioma. La forma “llover” no se presenta con frecuencia en la primera persona, dado que a menudo se usa en contextos impersonales como "está lloviendo". Además, es un verbo que solo se conjuga en singular, ya que, por naturaleza, se refiere a la acción de la lluvia, que es un fenómeno que no se puede expresar en plural como “llueven”.
En otros tiempos verbales, "llover" se conjuga irregularmente. En presente de indicativo, por ejemplo, se conjuga como: "Llueve". En pasado, la forma es "llovió", y en futuro se utiliza "lloverá". Estas conjugaciones reflejan la naturaleza y características del verbo en cuestión.
Considerar el verbo "llover" es esencial para entender por qué el gerundio se forma como "lloviendo" y no "lluviendo". La raíz del verbo "llover" es "llov-", y el gerundio así refleja esta raíz, llevando consigo la irregularidad del verbo y su esencia.
Comparación con el sustantivo lluvia

Es común ver que una palabra genera cierta confusión con otra que parece similar en formato pero que no comparte las mismas reglas. En este caso, el sustantivo "lluvia" puede hacer que algunas personas piensen que el gerundio sería "lluviendo", dado que ambos términos contienen la secuencia "llu". Sin embargo, esta es una trampa ortográfica que puede llevar a errores.
El sustantivo "lluvia" se refiere al fenómeno meteorológico de la precipitación de agua en forma líquida. En este contexto, sí se escribe con "u" después de "ll". Sin embargo, el sustantivo no tiene conexión directa con la conjugación del verbo "llover". Al referirnos al sustantivo "lluvia", se describe el acto de llover de forma sustantivada, es decir, centrándonos en el fenómeno como tal, en lugar de la acción misma.
La interacción entre el verbo llover y el sustantivo lluvia es un ejemplo excelente de cómo el español alude a conceptos distintos mediante formas lingüísticas diferentes. Cuando se habla de "lluvia", se hace referencia al evento o proceso, mientras que “lloviendo” hace alusión al proceso en desarrollo de la acción de llover. Es esencial entender esto para evitar malas interpretaciones y errores gramaticales.
Ejemplos prácticos
Por ejemplo, en una conversación se podría decir: “Hoy está lloviendo”, enfatizando la acción que ocurre, comparado con “La lluvia es intensa hoy”, lo que enfatiza la presencia del fenómeno. Comprender la diferencia y la relación entre el verbo y el sustantivo es vital para construir oraciones coherentes y correctas.
Adicionalmente, la relación entre verbos y sustantivos en español es rica y a menudo genera ejemplos creativos en la lengua. Cuando se inicia un análisis sobre los verbos, la importancia de no confundir las estructuras radica no sólo en la escritura correcta, sino también en poder continuar con el desarrollo de una comunicación efectiva.
Es útil practicar con ejemplos en un contexto real, asegurándose de utilizar la forma correcta en la conversación diaria o en la escritura formal. Esta práctica ayudará a interiorizar las diferencias y evitar el uso incorrecto de “lluviendo”.
Normativa de la Real Academia Española
Para finalizar, la Real Academia Española (RAE) es la encargada de regular y consensuar el uso del idioma español, proporcionando criterios sobre la ortografía y gramática que se deben respetar. En su normativa, la RAE deja claro que el gerundio del verbo "llover" se forma a partir de la raíz "llov-", resultando en “lloviendo”.
La RAE no solo se centra en la ortografía, sino que también proporciona ejemplos y pautas sobre el uso correcto de las palabras en diferentes contextos. Esto incluye la definición de términos, así como pautas sobre la conjugación de verbos y sus formas adyacentes como los gerundios. La importancia de seguir estas normativas radica en el deseo de estandarizar el idioma para facilitar la comunicación entre hablantes de diferentes regiones y contextos.
Un caso específico se expone en la sección dedicada a los verbos irregulares, donde la RAE destaca la estructura subyacente y la importancia de mantener la raíz verbal en las conjugaciones. Esto aclara por qué "lloviendo" no solo es correcto, sino que es la única opción valedera cuando se habla del gerundio de "llover".
La RAE también promueve la educación y concienciación sobre el uso correcto del idioma, buscando preservar la riqueza y la elegancia del español. En sus manuales y recursos en línea, se pueden encontrar aclaraciones que ayudan a los hablantes y estudiantes a entender mejor las complejidades del lenguaje. Proporcionar ejemplos y justificaciones claras ha sido uno de los pilares fundamentales del trabajo de la RAE, contribuyendo a reducir la confusión en términos como “lloviendo”.
Conclusión
A lo largo de este artículo, hemos explorado el tema de la escritura correcta del gerundio del verbo “llover”. Desde su definición hasta las particularidades de la formación del gerundio, se ha dado un contexto claro sobre por qué se escribe “lloviendo” y no “lluviendo”.
Primero, se definió el gerundio y se discutieron las reglas básicas para su formación, estableciendo los patrones que se aplican en la lengua. Posteriormente, se analizó el verbo “llover”, sus conjugaciones y particularidades que marcan la diferencia en su uso en comparación con otros verbos de la misma conjugación.
Se discutió cómo la confusión con el sustantivo “lluvia” puede llevar a errores ortográficos. Luego se mencionó la importancia de seguir las pautas establecidas por la Real Academia Española, resaltando su papel en la regulación del uso del idioma.
Siempre es recomendable revisar y aprender más sobre las normas y reglas que rigen la lengua española. Utilizar el término correcto no solo mejora la calidad de la comunicación, sino que también refleja una comprensión más profunda del idioma. Por lo tanto, es vital mantener siempre un enfoque de aprendizaje continuo para enriquecer nuestro uso del español. Además, sería beneficioso para todos nosotros practicar y aplicar estas reglas en nuestra vida diaria. Sin duda, las palabras son herramientas poderosas, y utilizarlas correctamente asegura que nuestra comunicación sea efectiva y clara.
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